La Odontología dio inicio en el año 3000 a. C. con el trabajo de los médicos egipcios quienes en aquel tiempo incrustaban piedras preciosas en los dientes. Tres siglos después, en China, se hizo uso de la acupuntura para tratar todos los dolores asociado con la caries dental. En el año 700 a. C., los etruscos y los fenicios utilizaron bandas y alambres hechos de oro para la construir prótesis dentales, en las bandas se colocaban dientes extraídos, en el lugar en que no tenía dientes el paciente y, con los alambres, éstos eran retenidos en la boca.
Así mismo, fueron los primeros en utilizar material para implantes, tales como el marfil y las conchas de mar. Vale la pena mencionar además, que el pueblo maya utilizaba incrustaciones de oro, piedras preciosas o minerales para la restauración de piezas dentales, por estética y por ornamentación. La historia de la odontología, como vemos, se remonta a muchos años atrás y se celebra en diferentes días a lo largo del mundo. En la mayoría de los países de Latinoamérica el día elegido es el 3 de octubre.
Para Argentina, Bolivia, Colombia, Cuba, Ecuador, Paraguay, Republica Dominicana, Uruguay y Venezuela la fecha en la que se celebra el día del dentista coincide con la fecha en la que fue conformada la Federación Odontológica Latinoamericana (FOLA)
La Federación Odontológica Latinoamericana es una organización de los profesionales de la odontología del continente se conformó en 1917. La institución la componen por los 20 países de la región que representan a 350.000 odontólogos, casi el 50% del recurso humano mundial. La FOLA se constituyó por la libre voluntad de los odontólogos y sus instituciones en oportunidad del primer Congreso Panamericano de Odontología en Santiago de Chile en 1917.
Ocho años después, en el segundo Congreso en Buenos Aires, el doctor Raúl Loustalán, el delegado argentino, propuso el 3 de octubre para celebrar el día de la odontología latinoamericana.
En España, México, Guatemala, Panamá y Nicaragua, por ejemplo, el día del odontólogo o del dentista se celebra el 9 de febrero, coincidiendo con el día de Santa Apolonia, patrona de los dentistas.
Santa Apolonia fue una mujer cristiana de Alejandría que vivió durante el siglo III. Durante este tiempo el emperador Decio se dedicó a perseguir y ejecutar cristianos, entre sus víctimas estuvo Apolonia, a quien torturaron rompiéndole uno a uno sus dientes con piedras y puntas de hierro caliente.
A pesar de ello, Santa Apolonia permaneció firme en sus creencias y fiel a su religión hasta que murió calcinada. Cuenta la leyenda que mientras las llamas la quemaban viva, Apolonia de Alejandría gritó que aquellos que padecieran dolor de muelas u otro diente e invocaran su nombre se librarían del dolor y del sufrimiento.
En el siglo XVII se produce un cambio de orientación importante en la historia de la ciencia, en vez de preguntarse por qué suceden los fenómenos, los científicos comienzan a preguntarse cómo suceden, es decir crece la importancia de la experimentación frente al puro razonamiento especulativo. La práctica médica era difícil de controlar en aquella época pese a los esfuerzos de los colegios profesionales que intentaban regular el ejercicio de médicos, cirujanos, barberos, farmacéuticos y otros como sangradores y sacamuelas.
La odontología la practicaba indistintamente quien se sintiera con la capacidad de hacerlo: había ilustres médicos que atendían las dolencias dentales de sus pacientes poderosos, cirujanos que reparaban todo tipo de dolencias orales en los heridos de guerra y también civiles, algunos farmacéuticos practicaban sangrías y extracciones dentales y por último, la escasez de profesionales generó un grupo importante de prácticos ambulantes que aprendieron el oficio en forma directa sin ningún estudio.
En 1699, Luis XIV promulgó un edicto que establecía el status profesional de los dentistas en Francia, por lo que debían seguir cursos por dos años en el Colegio de Cirujanos, formando así un nuevo grupo dentro del gremio, el de los cirujanos-dentistas. Los cirujanos fueron los que mayores avances produjeron durante el siglo XVII, a pesar de que fueron muy despreciados por los médicos
Pierre Fauchard, un dentista francés, es considerado el Padre de la Odontología Moderna, principalmente por sus grandes apor tes a la dentistería; fue el primero que dijo que para poder aprender odontología se necesitaba la medicina particularmente la profesionalización de la práctica dental. Publicó su magna obra “Le chirugien” en 1728, en la cual brinda una descripción completa de los procedimientos odontológicos. Otros datos históricos relacionados con la odontología son la invención de la seda dental en 1815, la creación de la primera fábrica de dientes de porcelana o “incorruptibles”, como eran llamados por parte del francés Nicolas Dubois de Chémant, propietario de la fábrica y que se usaron para reemplazar las prótesis realizadas con dientes humanos o de animales que provocaban una desagradable halitosis en la boca de quienes los llevasen; también el primer aparato de rayos X para la boca que fue creado en <896.
Fue en la Francia del siglo XVIII que aparece entonces la odontología, pues hasta ese momento la boca no tenía grandes cuidados, lo que hacían era frotar los dientes diariamente con un trapo y en el mejor de los casos utilizar ramitas de naranjo a manera de palillos. Si aparecía el dolor y las pociones no lo clamaban, la solución era extraer las piezas problemáticas. La extracción dental antes de la consolidación de la odontología era una forma de entretenimiento público, igual que las ejecuciones.
Hoy día la odontología es considerada una de profesión de suma importancia por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Su función va más allá de hacer que nuestros dientes luzcan sanos y radiantes, otorgándonos una sonrisa perfecta, La odontología o estomatología es una de las ciencias de la salud que se encarga del diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades del aparato estomatognático, que incluye los dientes, el periodonto, la articulación temporomandibular y el sistema neuromuscular. Además de todas las estructuras de la cavidad oral como la lengua, el paladar, la mucosa oral, las glándulas salivales, los labios, las amígdalas, y la orofaringe.
Y es que no cualquiera puede dedicarse a esta profesión, un profesional de la odontología requiere ciertas habilidades como lo son:
- La paciencia y perseverancia para brindar un buen servicio en situaciones de estrés.
- Tener destreza en los trabajos manuales, esto es clave para poder brindar tratamiento o ejecutar cualquier intervención en un área tan pequeña.
- Empatía para comunicarse y tratar con sus pacientes, quienes en muchos casos por el miedo pierden el dominio de si en las consultas odontológicas.
- Vocación de servicio indispensable para pensar en el otro, en el paciente que tienen en frente y en la mejor manera de ayudarlo a resolver el problema, malestar o dolor que los llevó hasta él.
Los odontólogos celebrarán su día desde sus consultorios, que para muchos es su casa, el lugar en donde pasan más tiempo en el día. Celebrarán su día ejerciendo su profesión, esa misma que los apasiona, que los hace levantarse de la cama y que los llena de satisfacción con cada paciente que logran ayudar. Resaltemos hoy la importancia de la labor diaria de los odontólogos, su compromiso, pasión y entrega con su profesión. Esos mismos profesionales que día a día se enfrentan a crisis de nervios, a situaciones desagradables, a ataques de pánico y que siempre con su sonrisa y paciencia nos brindan la mejor atención.
Celebremos hoy por aquellos que siempre supieron que la odontología sería su camino y destino, para aquellos que la descubrieron luego de dar muchos pasos por la vida y para aquellos que se despidieron ejerciéndola hasta su ultimo día. Gracias por su trabajo, gracias por su paciencia, gracias por ayudar a tantos, aun cuando no todos se despiden dando las gracias.
¡Feliz día del Odontólogo!
Erika Herrera Puello